Leer SALMO 27.13, 14
¿Estas esperando en este momento que el Señor intervenga de alguna manera en tu vida o en la vida de un ser querido? Una de las luchas que enfrentamos como cristianos es tratar de entender por qué nuestro Padre celestial a veces se tarda en asuntos que son tan urgentes para nosotros. Solamente el Señor sabe todas las razones. Sin embargo, hay varios ajustes que podemos hacer en nuestra actitud y manera de pensar mientras esperamos.
¿Estas esperando en este momento que el Señor intervenga de alguna manera en tu vida o en la vida de un ser querido? Una de las luchas que enfrentamos como cristianos es tratar de entender por qué nuestro Padre celestial a veces se tarda en asuntos que son tan urgentes para nosotros. Solamente el Señor sabe todas las razones. Sin embargo, hay varios ajustes que podemos hacer en nuestra actitud y manera de pensar mientras esperamos.
- Precisa tu enfoque. En la necesidad apremiante del momento es fácil centrar nuestra atención en la necesidad, en vez de Dios. Podemos empezar esperando en el Señor, pero terminamos esperando la respuesta que queremos. Pronto estamos más interesados en lo que él puede hacer por nosotros, que en él. A veces, Dios se demora hasta que centramos nuestra atención en él. El Señor quiere nuestro deleite en él, no simplemente en lo que nos da.
- Deja tus expectativas en manos de Dios. El Señor está obrando a favor nuestro, pero a veces nos aferramos con tanta fuerza al resultado que deseamos, que tenemos que esperar hasta abrir las manos y abandonar nuestras expectativas. Aferrarse a nuestras suposiciones en cuanto a cómo debe intervenir el Señor es emocionalmente agotador. Pero a quienes confiamos en que Dios quiere lo mejor para nosotros, nos aguarda la paz en cada situación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario